Estás cansada
y vuelas lentamente,
mi mariposa.
Un largo viaje
acusas en tus alas
tan primorosas.
Pero, si quieres,
relátame tu vuelo
y lo que viste.
De aquella iglesia,
de un pueblo, abandonada,
y el campanario.
De la casona,
la plaza y la fontana
hoy olvidadas.
De aquel reloj
de sol, que da las horas,
desde el silencio.
Luego sonríe
y duerme entre mis dedos
y así descansa.
Tendrás la brisa
que llega y te refresca
con dulces besos.
Y, mientras tanto,
yo velaré tu sueño,
sin darte cuenta.
Rafael Sánchez Ortega ©
25/03/21
Que hermosura de poema amigo, nada mejor que alguien nos oiga con detención y que además nos ofrezca su regazo.
ResponderEliminarUn abrazo, feliz semana! Paty
Gracias por tus palabras, Paty.
EliminarUn abrazo y feliz semana, también para ti.
Ternura y poesía en tu poema, siempre es un placer leerte.
ResponderEliminarUn abrazo y que tengas una bonita semana.
Gracias por verla en mis letras, María Rosa.
EliminarUn abrazo y feliz semana.
Efímero bichito al que no se debe tocar
ResponderEliminarGracias Erik.
EliminarSaludos.
Buen ritmo lleva esa mariposa en tus letras, Rafael...Ellas nos cuentan muchas cosas cuando las escuchamos, son mágicas y sabias. Tu les tienes gran cariño y siguen estando muy a menudo en tu blog.
ResponderEliminarMi abrazo entrañable de mariposa de septiembre.
Gracias por tus letras, María Jesús...
EliminarUn abrazo en la tarde para esa "mariposa de septiembre".
Bellísimo. Muy armoniosa su lectura.
ResponderEliminar👏🏼👏🏼👏🏼👏🏼
Gracias Galilea.
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