Temblaba el cielo
con luces y con rayos
por la tormenta.
El mar rizaba
las olas bravamente
contra la costa.
Y tú mirabas,
tal vez, al infinito,
sin ver a nadie.
Varias gaviotas
buscaban, por la playa,
para comer.
Los cormoranes
secaban a sus alas
indiferentes.
Una sonrisa
llegaba hasta tus labios
sin darte cuenta.
Desde el recuerdo
venían los proyectos
a tu memoria.
Y aquel futuro
veías muy lejano
en este instante.
Pero no importan
los truenos y tormentas,
hay que seguir.
Rafael Sánchez Ortega ©
30/04/21
Siempre hay que seguir la vida no se para, y esa sonrisa ha de ver muchas más gaviotas. Un abrazo Rafael.
ResponderEliminarGracias Campirela.
EliminarUn abrazo en la noche.
Así a pesar de la tormenta hay que llenarse de esperanza, precioso, un abrazo desde mi brillo del mar
ResponderEliminarGracias Bea.
EliminarUn abrazo.
Las tormentas del mar en tu pluma son preciosas.
ResponderEliminarMuy buena semana.
Gracias María Rosa.
EliminarUn abrazo y feliz semana.
Aey esas tormentas, que quedan grabadas en el alma, Rafael...y cerca, muy cerca la persona amada con sus proyectos e ilusiones. La vida nos empuja a todos hacia adelante, superando tormentas y crisis.
ResponderEliminarMi felicitación y mi abrazo por tu arte y sentimiento, amigo.
Gracias por tus palabras, María Jesús.
EliminarUn abrazo.