Aquel jardín
tan bello con las rosas
y los jazmines.
Tenía nardos,
algunas amapolas
y otras difusas.
Ya la memoria
se obstina, y son recuerdo,
entre la niebla.
Veo las manos
pacientes que cuidaban
tanta belleza.
Quitaban hierbas
con hojas muy resecas
y caracoles.
Aquellos dedos
de tierra se manchaban
y no sufrían.
Yo adivinaba
el canto de unos labios
mientras temblaba.
Labios divinos
de dulce jardinera
para mi alma.
Y en esos labios
un beso le dejaban
las mariposas.
Rafael Sánchez Ortega ©
29/03/21
Tus versos me hicieron recordan a mi madre, mi madre y su jardín florido.
ResponderEliminarUnn abrazo.
Me alegro de ello, Rafael.
EliminarUn abrazo.
Imaginar esos labios arreglando el jardín, qué bella y romántica imagen.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias Mari Pau.
EliminarUn abrazo.
Tierno y dulce recuerdo, en mi jardín de niña, también la caricia existía ajadas manos llenas de amor.
ResponderEliminarAbrazo
Me alegro de lo que dices, María del Rosxario.
EliminarUn abrazo.
Jardín hermoso y mucho más los versos que lo acompañan. Una feliz noche y gracias por tus poemas.
ResponderEliminarGracias Campirela por tus palabras y deseos.
EliminarUn abrazo y feliz viernes. (La noche no fue muy buena)
Precioso ❤
ResponderEliminarGracias Galilea.
Eliminarbello poema, hasta aquí llega el perfume de sus flores.
ResponderEliminarmariarosa
Me alegra entonces, María Rosa.
EliminarUn abrazo.
Nostalgia y amor en esta poesia preciosa Rafael!!! Besosss
ResponderEliminarGracias Eli Méndez.
EliminarAbrazos.
Un jardín cuidado con amor.
ResponderEliminarUna jardinera que se hace metáfora como el jardín.
Abrazo, Rafael.
Gracias Verónica.
EliminarAbrazo.