martes, 27 de diciembre de 2022

5.324 - LOS GIRASOLES...



Los girasoles
temblaban por el frío
en la campiña.

Era curioso
notar aquellas lágrimas
tan especiales.

Tú las veías,
sentías su presencia
tras tus pestañas.

La tierra dura
gemía en sus entrañas
por tanta guerra.

Sangre con hambre,
locura y egoísmo,
profundo caos.

Eran los restos
del hombre y su llamado
progresismo.

Todo era hermoso.
Un mundo de utopías
y sin amor.

Porque lo triste
es ver tanto vacío
y desapego.

Tanta distancia
de seres y personas
en las familias.

Tanto recelo
en hombres y en hermanos
sobre la tierra.

¡Es Navidad!,
gritaban unos niños,
que mendigaban.

Los girasoles
buscaban, en los cielos,
algo de sol.

Rafael Sánchez Ortega ©
27/12/22

14 comentarios:

  1. ¡¡Hermoso poema!! Los girasoles que siempre miran al sol, son tan bonitos que dan placer a los ojos.

    Un abrazo.

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    1. Gracias María Rosa. Espero que estés mejor.
      Un abrazo.

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    2. Voy saliendo, lento pero voy mejorando, es una suerte haber estado vacunada.
      Gracias por tus buenos deseos.

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    3. Me alegro mucho, María Rosa.
      Un abrazo.

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  2. Y muchos andamos como tus girasoles, Rafael, buscando algo de luz y calor.
    Tanto desatino y tanto desencanto cobran más peso en estas fechas, no sé por qué.
    Esperemos que el Año Nuevo traiga mejoras.

    Abrazo.

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    1. ¡Ojala el nuevo Año nos traiga alegrías!
      Un abrazo Verónica.

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  3. Los girasoles son como especie de robots todos apuntan al mismo tiempo hacia el mismo sitio, aunque hay girasoles que tienen su propia brújula y pintan distinto

    Saludos

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  4. Los girasoles saben encontrar el calor del sol... El ser humano no parece tener muy claro lo importante.

    Bravo, Rafael!👏👏👏

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  5. Hola Rafael; este poema es todo un diálogo de amor y de denuncia ante tanta adversidad y distancia, porque lo cierto es que existe todavía mucha necesidad. y frialdad -¡Es Navidad!, gritaban unos niños que mendigaban.en la puerta-.
    Necesitamos todos como esos girasoles el calor de los demás. Un abrazo poeta

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  6. Por algunas quimeras, buscando siempre el sol.

    Un abrazo

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