Bellos recuerdos
de campos y de aldeas,
vuelven a mí.
Valles y sendas
con árboles frutales
que recorrimos.
Zonas agrestes
que luego continuaban
campo adelante.
Y aquel calor
feroz y sofocante
que machacaba.
Era el camino
que un día recorrieran
algunos hombres
Iban a Yuste
pasando por el Jerte
y su comarca.
Allí observaron
la vida y la pobreza
de aquel lugar.
También la recia
nobleza de sus gentes
trabajadoras.
Y es que en la piel
tenían bien tatuada
su Extremadura.
Rafael Sánchez Ortega ©
30/04/23
Estoy segura de que te agradecerán el poema dedicado a esas tierras de nobles gentes y bellos parajes. Un abrazo.
ResponderEliminarEs una tierra así, como la describes, Campirela.
EliminarUn abrazo.
Esos parajes en verso guardan muchos recuerdos. Feliz tarde Rafael. Un abrazo
ResponderEliminarGracias Carmen, feliz tarde.
EliminarUn abrazo.
Preciosos recuerdos en una tierra tan bella.
ResponderEliminarUn abrazo.
Tus bonitos recuerdos te han hecho plasmar un bello poema que sin lugar a dudas engrandecen esas tierra extremeñas. Un abrazo y buen comienzo de semana.
ResponderEliminarGracias por tus palabras Enca.
EliminarUn abrazo.
Cada recuerdo es la vida de gente de un ayer que vive en tu memoria y que has sabido retratar en cada verso.
ResponderEliminarmariarosa
Gracias María Rosa.
EliminarUn abrazo.
Ahí acechan, los recuerdos... de la aldea que fue nuestro universo, o del barrio, es igual. Acecha el pasado, y es disciplinado, no se cansa.
ResponderEliminarUn abrazo, Rafael
Sí, Maripau, es como dices.
EliminarUn abrazo.
Conozco muy bien Extremadura. El poema es un homenaje a esta tierra tan llena de historia y esfuerzo.
ResponderEliminarAbrazo, Rafael.
Gracias Verónica.
EliminarAbrazo.