Ojos castaños
que buscan vacilantes
otras pupilas.
Ojos azules
que miran a los cielos
en la mañana.
Ojos de algas
con verdes y azulados
tonos difusos.
Todos son ojos
que buscan los latidos
del día a día.
Aunque otros ojos
no captan, ni se abren
porque están ciegos.
Ojos del alma
sumidos en las brumas
y el desconcierto.
Ojos del cuerpo
privados de la vista,
por su desgracia.
Y es a estos ojos
a quienes yo les mando
unos suspiros.
Porque sus ojos
precisan los susurros
que da la vida.
Y otros sentidos,
les suplirán la vista
en lo posible.
Será el oído,
olor, sabor y el tacto,
como suplentes.
Y la razón
y el alma, de propina,
con su candor.
Rafael Sánchez Ortega ©
14/05/23
No hay nada más expresivo que la mirada de unos ojos. Dulce mirada la de estos versos. Feliz día Rafael. Un abrazo
ResponderEliminarGracias Carmen.
EliminarUn abrazo.
ResponderEliminar¿Cuánto dice una mirada'
A veces más que la palabras. Bello poema Rafael. Abrazo.
Tienes razón, María Rosa.
EliminarUn abrazo.
Muy lindo la mirada que has puesto en cada uno de esos ojos, pero ninguno iguala a los que miran desde el ❤️.
ResponderEliminarUn abrazo, feliz resto del día
Es que los ojos del corazón son especiales, Campirela.
EliminarUn abrazo en la tarde.
Los ojos son el reflejo del alma,tu mirada en ellos es bella.Un abrazo!
ResponderEliminarGracias Mental.
EliminarUn abrazo.
Tantas clases de ojos como miradas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias María.
EliminarUn abrazo.
el aroma de las miradas también tienen mucho que decir así como su sabor precioso, Rafael, un abrazo desde mi brillo del mar
ResponderEliminarGracias Bea.
EliminarUn abrazo desde el cantábrico.
El mirar deja por nimio el color de esos iris. Son los ojos quienes son los espejos del alma, dicen.
ResponderEliminarUn abrazo, Rafael
Así dice el refrán, Mari Pau.
EliminarUn abrazo.
Me alegra que le dediques el poema a esas miradas privadas de la vista.
ResponderEliminarPara los escritores y los lectores ha de ser terrible, aunque ahí tenoemos un gran ejemplo en Borges.
Abrazo, Rafael.
El ejemplo de Borges es muy acertado Verónica.
ResponderEliminarAbrazo.