"...Respira fuerte
porque estamos muy cerca
de nuestra meta.
Queda muy poco.
Detrás de las colinas
está la aldea.
Allí podemos
comer un bocadillo
y descansar.
Luego miramos
si hay sitio en el refugio
para dormir.
Y pasaremos
la noche calentitos
hasta mañana..."
Así te hablaba
tratando de animarte
aquella tarde.
Fuimos osados
saliendo a la ventura
por las montañas.
Y recorrimos
majadas y senderos
desconocidos.
Ahora llegábamos
al sitio designado
y establecido.
Descansarán
los pies y nuestros cuerpos
para otro día.
Así es el monte
la lucha y el esfuerzo
de las jornadas.
Y sonreímos
uniendo nuestros labios
una vez más.
Rafael Sánchez Ortega ©
29/05/23
Cómo añoro los senderos, caminar y caminar y dormir bajo el cielo.
ResponderEliminarGracias por llevarme en el poema.
Abrazo, Rafael.
Sí, es algo que se añora, Verónica.
EliminarAbrazo.
Cuando algo se añora si se dice en voz alta se escribe es como volver a vivirlo nuevamente . Un besote.
ResponderEliminarCierto Campirela, así es.
EliminarUn abrazo.
Ll nostalgia de esas fuerzas que nos hicieron sentir tan valientes.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias Maripau.
EliminarUn abrazo.
La añoranza nos lleva de nuevo a ese momento.
ResponderEliminarPrecioso.