"Una galerna
sopló con mucha fuerza
y tuve miedo."
"Ahora estoy bien,
el viento ya no sopla,
huracanado".
"Y es que pensé
que el viento me llevaba
para otras tierras"
"¡Cómo crujían
las puertas y ventanas
y qué gemidos!"
"Yo bien temía
que un hombre con su saco
me secuestrara"
Eso decía
el niño a los mayores,
en la mañana.
Sus ojos grandes,
azules y sinceros
se estremecían.
Pero el abuelo
le dijo unas palabras
con gesto sabio.
"Descansa y duerme,
ya todo está tranquilo
y no hay galerna."
Rafael Sánchez Ortega ©
07/05/23
Los abuelos siempre son sabios para calmar a sus nietos y tu poesía lo relata como en un cuento que da paz al niño y al que lee. Bella semana Rafael.
ResponderEliminarmariarosa
Gracias María Rosa.
EliminarUn abrazo y feliz semana.
Qué sería de los niños sin los abuelos...y viceversa. Bellos recuerdos. Besitos.
ResponderEliminarGracias Ceciely.
EliminarUn abrazo.
Me has traído a la mente a mis abuelos, cuando me dormían diciendo que el lobo no podía entrar a casa porque lo habían matado, jajaja Los abuelos nos dejan muy buenos recuerdos. Bellos versos en honor a los abuelos. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias Carmen.
EliminarUn abrazo en la tarde.
Esos vientos temerarios que al pequeño le daba miedo , solo tenia que tener a su abuelo ,cerca para dejarle con el alma tranquila .
ResponderEliminarUn abrazo de buenas noches.
Así era Campirela.
EliminarUn abrazo y feliz día
Los miedos infantules, cómo perduran.
ResponderEliminarUn abrazo y a navegar siempre, Rafafel, como haces
Gracias sinceras, Maripau.
EliminarUn abrazo.
Los abuelos... ese cobijo contra viento y marea.
ResponderEliminarPrecioso ❤