Un peregrino
he visto en el camino
pasar despacio.
Con la mochila
cargada en las espaldas
y sus bastones.
Gafas de sol,
visera en la cabeza
y el rostro alegre.
Cuerpo moreno
con manos muy delgadas
y piernas rectas.
Nos saludamos,
cruzando nuestros pasos
y los destinos.
Él va a Santiago,
cumpliendo una promesa
o una aventura.
Yo aquí me quedo
soñando las etapas
que aún le restan.
¡Qué más quisiera
correr, tras la silueta,
del peregrino.
Pero el otoño
me envuelve en un abrazo
con su nostalgia.
"No te preocupes,
-me dice en un susurro,
sigue y no dudes".
"Hasta el invierno,
tú sigue tu camino,
no tengas prisa".
Rafael Sánchez Ortega ©
30/09/23
Ese camino del peregrino, cómo te ha inspirado en una tarde, imagino otoñal.
ResponderEliminarPor el gozo del camino, que la meta es otra cosa menos importante. Un abrazo, Rafael
Gracias Maripau.
EliminarUn abrazo y feliz domingo.
Eso, caminar sin prisas. Un abrazo
ResponderEliminarGracias Inma.
EliminarUn abrazo.
Un buen camino el de Santiago , donde la aventuras están al acecho.
ResponderEliminarUn abrazo.
Cierto Campirela.
EliminarUn abrazo.