Las escaleras
tenían una alfombra
de hojas doradas.
Era el otoño
llegando de los árboles
tras el verano.
Estaba linda
la imagen, que animaba
los corazones.
Y los latidos
cobraban nuevas fuerzas
y sensaciones.
El cielo azul
y todo despejado
formaban versos.
Era un poema,
pensé, sin darme cuenta,
mientras pasaba.
Porqué seguí,
pisando aquella alfombra,
y hasta soñé.
Volví a ser niño,
en un viaje a la infancia,
con mis recuerdos.
Te vi allí,
volando en la distancia,
"mi mariposa".
Rafael Sánchez Ortega ©
10/10/23
Esa escalera, teñida de otoño, dejando paso a los recuerdos de infancia, el paraíso perdido.
ResponderEliminarPor las mariposas que siempre siguen revoloteando cerca. Un abrazo Rafael
Cierto Maripau.
EliminarUn abrazo.
Los recuerdos pueden revolotear como las mariposas, solo hay que abrir la reja y que salgan.
ResponderEliminarCierto Ester.
EliminarUn abrazo.
Que lindo es caminar sobre las veredas alfombradas de hojas.... todavia lo sigo haciendo, es como chapotear en agua , sin agua, solo hojas...
ResponderEliminarAbrazo.
Gracias María Rosa.
EliminarUn abrazo.
Que bonitas esas escaleras que cubren las hojas formando alfombras , ellas son la presencia del otoño. Un bonito poema. Besotes.
ResponderEliminarGracias por tus palabras Campirela.
EliminarUn abrazo y feliz jueves.