Pasan los días,
los meses y los años
quedan atrás.
Y te entristece
dejar tantos recuerdos
en ese tiempo.
Es ley de vida,
te dices mientras piensas,
que haya salud.
Muy lejos quedan
los días de la infancia
y del colegio.
Aquellos otros
de fiesta y romerías
de juventud.
La bella cara
llevando a tus pupilas
una sonrisa.
La tierna mano
que un día tú tomaste
entre las tuyas.
La despedida
del tren que nunca vuelve
con tu dolor.
Y el fiel otoño,
llegando hasta tu lado,
previo al invierno.
Hoy, la sonrisa,
intenta ver el cielo,
desde tus labios.
Rafael Sánchez Ortega ©
13/10/23
Van pasando, como estaciones de un tren que avanza. Y en el otoño de la vida, es un privilegio constatar qué tantas cosas vivimos.
ResponderEliminarUn abrazo, Rafael
Gracias, Maripau, es como dices.
EliminarUn abrazo.
Muy sentido poema Rafael, el tren de la vida se ha llevado todo lo que amaba. Gracias a Dios quedan los hijos y los nietos con su ternura y cariño, pero falta el amor de mi vida, es un pedazo de vida que me han arrancado.
ResponderEliminarAbrazo.
Sin duda es así como dices, María Rosa.
EliminarUn abrazo y feliz fin de semana.
Da dolor dejar lo que amamos, pero hay que ver éste futuro, lo mejor que podamos.
ResponderEliminarAbrazo
Así es, María del Rosario.
EliminarAbrazo.