Abrir las puertas del alma,
buscar, tras ellas, silencio,
con esa paz y alegría
del ya, presente, año nuevo.
Es lo que hacen los hombres,
en cada año, en enero,
para encontrar, asombrados,
solo el producto de un sueño.
Sueño que nace en la infancia,
y se renueva en el tiempo,
con cada año que pasa
en un feroz adulterio.
Así se mezclan ideas
con realidad y deseos,
para buscar en tinieblas
esos regalos y anhelos.
Y confundimos la vida
con los milagros del cuento,
en la febril esperanza
de conseguir algo bueno.
Pero a los Reyes soñados
no les importan los rezos,
ni las palabras veladas
de tantos labios con miedo.
Siguen, sin prisa, el camino,
de regresar a sus reinos,
tras visitar en la tierra
ese Belén de los cielos.
Y abajo quedan los hombres
con tantos niños hambrientos,
intercambiando las risas,
por unos llantos sinceros.
Pasan los días, en tanto,
cesan los cantos y sueños,
sigue el trabajo y el hombre
vuelve a la vida, despierto.
Rafael Sánchez Ortega ©
01/01/25
Sueños, quimeras, ilusiones...
ResponderEliminarLa temporada se acaba y la realidad volverá...
Qué tenga un buen fin de semana de 2025.
Un abrazo, poeta amigo.
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Gracias Majo
EliminarUn abrazo.
¡Hola! Feliz fin de semana. Buen post. Un abrazo ❤️
ResponderEliminarGracias Carolina
EliminarUn abrazo.
Una apertura y un despertar a la realidad y a los sueños de este año que ya ha comenzado. Es un precioso romance para todos Rafael.
ResponderEliminarDeja los zapatos, que los Reyes siempre dejan algo al pasar. Un abrazo. Juan
Gracias por tus palabras, Juan.
EliminarUn abrazo y a esperar a los Reyes en el fin de semana tan largo.