De nuevo el silencio
inunda las calles,
no hay gritos de niños
ni vuelos de aves,
tampoco camiones,
ni coches que pasen.
Comienzan los días
del año y las clases,
están silenciosas,
vacías, sin nadie,
pues hay vacaciones
de niños y padres.
Se nota el invierno,
los días que nacen,
con esos colores
tan tristes y graves
que arrancan suspiros
de niños y grandes.
Se visten los cielos
con ropas saudades,
y asoman recuerdos,
que están en desvanes
guardados, con mimo,
con celo del viaje.
Prosigue la vida
el día que nace,
y asoman, temblando,
los ojos audaces,
aquellos que vibran
mirando el paisaje.
Y tú te consuelas,
poeta del aire,
buscando en la niebla
el verso que pase,
aquel que, en la bruma,
perdió su romance.
Le ofreces un beso,
tu pluma y tu sangre,
le das tu cariño
de amigo y compadre,
y viaje en tus labios
por tierra y por mares.
Rafael Sánchez Ortega ©
02/10/25
El circulo infinito de la vida,con todos los rostros y colores,otra vez viviendo.Hermoso poema Rafael.Un abrazo grande!
ResponderEliminarGracias Menta por tus palabras.
EliminarUn abrazo y feliz finde.
¡Hola! Precioso. Buen fin de semana. Un abrazo ❤️
ResponderEliminarGracias Carolina, un abrazo y Feliz finde.
EliminarAsí es Rafael, la nostalgia inunda con vacíos y silencios los rincones del alma del ser humano y el invierno los acrecienta con creces. Solo queda en nosotros el pensamiento, los recuerdos, y a veces la inspiración de algún poema que nos hace sentir que estamos presentes.
ResponderEliminarPero la vida sigue siendo bella a nuestro alrededor y tenemos que vivirla.
Un abrazo grande poeta.
Cierto Juan, es como dices.
EliminarUn abrazo grande, también para ti.
El silencio de las tardes largas, de la noche inmensa, del invierno asentado.
ResponderEliminarPor los versos que nacen buscando una rama donde posarse. Un abrazo fuerte, Rafael.
Gracias por tus palabras, Maripau.
EliminarUn abrazo.