He buscado en los rincones
los regalos y promesas,
encontrando telarañas
olvidadas e incompletas.
Pasó el tiempo de los sueños
y mirar a las estrellas,
deseando que unos magos
completaran sus leyendas.
Pero el cuento y el relato
no decían, en sus letras,
de regalos para el hombre
escritor y mal poeta.
Y el encanto se quedaba
entre el sueño y la marea
de resacas juveniles
y la infancia que se aleja.
Pero el guiño que el destino
hace al hombre en estas fechas,
no le aparta de los sueños
ni utopías quinceañeras.
Es la vida la que traza
los caminos y veredas,
con los premios y regalos
del esfuerzo en la tarea.
Y los sueños de los niños
se cultivan y conservan
en preciosos manantiales
con retazos de agua fresca.
Ya se van los Reyes Magos,
sus regalos aquí quedan,
a los niños con sus juegos
y a los grandes en sus venas.
Seamos niños, sin embargo,
y aceptemos lo que venga,
las sonrisas de estos días
dejan paz en los poemas.
Rafael Sánchez Ortega ©
06/01/25
Ya solo nos quedan talarañas de lo irrecuperable. Pero vivamos el momento.
ResponderEliminarFeliz dia Rafael.
Un abrazo
Cierto Carmen, gracias.
EliminarUn abrazo.