sábado, 17 de diciembre de 2011

NO NECESITO LOS PREMIOS...


No necesito los premios
ni tampoco los aplausos,
para llevar al cuaderno
unas líneas de mi mano.

Escribo porque preciso
ser honesto y ser honrado,
y liberar a mi alma
de sufrir cierto calvario.

Porque los días se pasan,
-unos buenos y otros malos-,
mientras la vida transcurre
entre resaca y remanso.

Quiero dejar a mis letras
en el cuaderno tan blanco,
y que mi voz se confunda
entre la espiga y el grano.

Entre la mar y el nordeste
donde navega mi barco,
hacia los cielos sin nombre
para alcanzar el Parnaso.

Dicen los niños que sueñan
que nada existe a este lado,
sólo un montón de ilusiones
que la locura ha forjado.

Más quiero ser ese loco,
el que cabalgue temprano,
el caballero sin patria
buscando amor por los campos.

Y en la locura descrita
hay unos versos marcados,
unos poemas distintos
y nadie puede dudarlo.

Y así comienza la historia
la de aquel beso callado,
que nace pronto en el alma
para venir a mis labios.

Por eso niego los premios
y me resisto a cobrarlos,
sólo preciso tu risa
con un suspiro velado.

Rafael Sánchez Ortega ©
17/12/11

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