Se fue la luz y tengo mucho frío,
un temblor me recorre las espaldas,
hay un algo siniestro a flor de piel
que me encoge, aterrece y acobarda.
Parece que las sombras se apoderan
y el miedo poco a poco ya me gana
es una sensación desagradable
y quiero ese valor que ahora me falta.
Quisiera ser el "niño" de los cuentos,
aquellos que leía y devoraba,
luchando con espadas y molinos
por una Dulcinea imaginaria.
Me vienen los recuerdos y no puedo
dejar de percibir tanta bonanza,
un río de fragancias y jazmines
envuelto con aromas de lavanda.
Se fue la luz y tengo que dejarte,
me dice el corazón que sufre y sangra,
se paran los latidos de mi pecho
y llaman los tambores a batalla.
No entiendo la razón de estar tan triste
ni el miedo que me agobia y atenaza,
quizás es el producto del invierno
que llega con sus sienes plateadas.
Quizás la fantasía de la vida
saltando de los sueños a la nada,
o puede que nostalgias del pasado
en forma de poemas y palabras.
Más debo de entender que todo sigue,
la vida, los proyectos y las ganas,
se queda el corazón tras una puerta
temblando porque ansía una esperanza.
Se fue la luz amor, y todo sigue,
el frío me aprisiona las entrañas,
más yo te quiero amor, y eso lo sabes,
te quiero en tu silencio y sin palabras.
Te quiero como nadie te ha querido
y por eso es el miedo que me embarga,
mis ojos no perciben tu presencia
y siento que te alejas y te marchas.
Rafael Sánchez Ortega ©
07/12/11
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