jueves, 15 de diciembre de 2011

SOY UN CIEGO QUE MARCHA TRAS TUS PASOS...


Soy un ciego, que marcha tras tus pasos,
buscando entre las sombras el silencio;
camino vacilante por la arena
detrás de la figura que no veo.

El agua llega y marcha, yo la escucho,
y siento sus murmullos en mi sueño,,
igual que ese rozar del colibrí
que pasa por mi lado con su vuelo.

Tengo el alma temblando en esta noche,
hay un soplo del mar que llega fresco,
una brisa mezclada con salitre,
y unas olas rizadas por el viento.

Pero existe el deseo irrenunciable,
la pasión que me lleva hasta el deseo,
la caricia que pido enfebrecida
y la copa de amor para el sediento.

Tú te ríes ¡oh mar!, (llamado amor),
te ríes de mis dudas y mis miedos,
tú sabes que no veo lo que pido
y sabes lo que pasa en mi cerebro.

Por eso siempre inclinas la balanza
y llevas a mi barca hasta tu puerto,
te excusas con galernas y tormentas
y fuertes marejadas del invierno.

Me desprecias y olvidas que yo existo,
que marcho tras de ti con paso lento,
que curo mis heridas con la sales
del mar tan deseado que yo anhelo.

Mi pelo despeinado se alborota,
reparo en la locura de los cuerdos,
aquellos que desean ser amados
y aman a los mares sin saberlo.

Se ama como amaban los amantes,
con fé, con ilusión, a sangre y fuego,
y entregan su ceguera y su cordura
con una condición: "tan sólo un beso".

Podemos proseguir en esta playa
y recorrer en ella el universo,
podemos escuchar la voz del mar
dejando a nuestro lado su lamento.

"...Soy un ciego que sigue tras tus pasos
para olvidar en ellos mil recuerdos,
las olas inclementes de la vida,
mezcladas con momentos que ya han muerto..."

Rafael Sánchez Ortega ©
15/12/11

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