Vuelve amigo a tu barca,
a tu vela y bauprés,
y no olvides que existe
una estrella en Belén.
Una estrella de plata
con un beso de miel,
que te mira y te lleva
sin dejarte caer.
¡Ay amigo sin nombre
nunca des un traspié,
ni apresures tus pasos
por dejar la niñez!
Sigue siempre las huellas
de aquel bello corcel,
que pasó por tu puerta
sin montura y arnés.
En su grupa, gallarda,
una joven de bien,
cabalgaba curiosa
en total desnudez.
Pero el cuerpo tan lindo
te llegó a estremecer,
tú pensaste en la helada
y el invierno cruel.
Vuelve amigo a tu barca
y hasta olvida el ayer
el pasado no existe
se quedó en el andén.
Lo dejaste enterrado
entre el polvo y papel,
en aquellas cuartillas
que le vieron nacer.
"El pasado no existe"
-dice el verso al revés-
y una sombra te alcanza
sin poderla leer.
Ese verso cruzado
fue sincero a su vez,
pues tus labios buscaba
para en ellos beber.
Y tus labios amigo
hoy se quejan de sed,
de la niña que antaño
esperaba aquel tren.
"...Vuelve amigo a tu barca,
fija el remo al carel,
abandona el pasado
para ir al edén..."
Rafael Sánchez Ortega ©
25/12/11
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