Se despierta desnudo el nuevo día
y con él amanece la mañana,
hoy la bruma amenaza la alegría
de ese sol que penetra la ventana.
Una niebla creciente que porfía,
una noche pasada y ya lejana,
un temblor impaciente que nacía
y un guiñol de la vida tan cercana.
Así es este mundo en que vivimos
un compendio de sombras y de luces.
Un binomio de lucha encarnizada
un vivir sin saber que nos morimos.
Al final un carmelo con sus cruces
nos dará ese abrazo en su morada.
Rafael Sánchez Ortega ©
Sierrallana, 20/12/11
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