lunes, 20 de febrero de 2012

TENÍA PRISA...


Tenía prisa por llegar hasta tu lado
y sabía que llegaba tarde.
Quería entregarte aquellas rosas
para que vieras en ellas una muestra de cariño.
Pero quería estar cerca de ti,
tenerte a mi lado,
buscar tu mano con la mía temblorosa,
sentir tus dedos enlazados con los míos
y empezar a caminar.
Caminar sin rumbo ni destino,
andar por el paseo y subir hacia la costa,
a ese rincón que ambos conocíamos
y donde hablando, en otras tardes,
habíamos escuchado la música de fondo
de ese mar tan precioso que rompía
en la costa cercana.


Quería ya llegar a tu lado y buscar tus ojos,
mirar dentro de ellos y leer ese sentimiento
que te embargaba y te hacía suspirar
cuando estabas a mi lado.
Queria que tú sintieras mi abrazo,
mi mano rozando tu cabello y tus mejillas,
mis labios buscándo los tuyos
para embriagarnos en un beso eterno
y sin final.


Porque quería emborracharme contigo
y beber la copa insuperable del amor
hasta quedar rendidos,
y luego, tendidos en la hierba,
con tu cabeza apoyada en mi pecho,
mirar al cielo y escuchar los latidos
y los celos de ese mar envidioso
descargando con furia la resaca
que dejaba en la costa.


¡Eso quería amor,
eso quería compartir contigo!,
pero al final todo se quedó en un sueño,
¡un hermoso sueño inacabado!


Rafael Sánchez Ortega ©
20/02/12

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