Lloraba el cielo,
con lágrimas amargas,
días y noches.
Lloran los dioses,
decían los poetas,
calladamente.
Pero ese llanto,
venía de los niños
y de los ángeles.
Guerras y hambres
soberbias y egoísmos,
fueron la culpa.
¿Dónde se esconde
la mano y el cariño
del Creador?
Ellos lo buscan,
los niños lo precisan
para soñar.
Pero preguntan
los ojos inocentes
y no hay respuestas.
Solo el silencio,
con ángeles y cielos
viene a su lado.
Y mientras tanto
las lágrimas destilan
tanta inocencia.
Rafael Sánchez Ortega ©
24/07/20
Ángeles y niños... No hay más limpia combinación. Sus lágrimas nos obligan a repensarlo todo.
ResponderEliminarMuy hermoso!
Es cierto, Galilea.
EliminarUn abrazo.
Segura estoy que tendrán una respuesta, pero los tiempos son difíciles hasta para los ángeles y el propio creador. Un abrazo .
ResponderEliminarCoincidimos, Campirela.
EliminarUn abrazo.
Un poema que nos hace reflexionar ¿Dónde está Dios?Seguramente está esperando que el hombre retome sus valores, que renueve su espíritu y valore la vida que cada día le regala. Seguramente está esperando en silencio, Rafael.
ResponderEliminarMi abrazo esperanzado, amigo.
Espera nuestras respuestas, María Jesús.
EliminarUn abrazo en la noche.
Interminables preguntas a tanta sinrazón y llanto inocente Rafael; Un abrazo poeta.
ResponderEliminarEs lo que tenemos Juan.
EliminarUn abrazo.
Son esos avatares que el hombre en parte produce, y es así, a veces pienso que somos una plaga
ResponderEliminarUn abrazo, y feliz día
Un poco de todo, Albada Dos.
EliminarUn abrazo y feliz miércoles.
¿Y dónde está Dios cuando los inocentes sufren?... qué gran pregunta amigo! tal vez es la pregunta más dolorosa para quienes tenemos fe en el Creador. Es como que no existe una respuesta que nos haga sentido.
ResponderEliminarExcelente cuestionamiento y poesía.
Un abrazo, Paty
Gracias por tu comentario y reflexión, Paty.
EliminarUn abrazo.