Escucha al mar,
nos deja sus latidos
en las resacas.
No tiene sangre,
si acaso algo preciado
como el salitre.
En él se escuchan
leyendas y recuerdos
entre las algas.
Algunas veces
se ven, sobre las olas,
saltar los peces.
Es algo bello,
un guiño en el paisaje
del ancho mar.
Luego se ven
volar a las gaviotas
desde la playa.
Y allí te vi,
llevabas una rosa
que acariciabas.
Eran tus dedos,
en ellos me fijé,
con devoción.
Me enamoró
la magia de tus ojos
y su reflejo.
Rafael Sánchez Ortega ©
16/08/20
Qué hermosos tus versos,tan sentidos como siempre.
ResponderEliminarBuenas fiestas,Rafael,dentro de las circunstancias que nos rodean.
Y muchísimas gracias por entenderme y estar siempre,fiel amigo.
Un fuerte abrazo!
Gracias a ti, Carmen, y cuídate.
EliminarUn abrazo en la tarde.
Lindos versos de mar con caracolas, de besos con sal
ResponderEliminarUn abrazo, y feliz tarde
Gracias por verlos así, Albada Dos.
EliminarUn abrazo en la noche.
Es necesario escuchar a la naturaleza para sentir sus mensajes, que siempre nos deja, Rafael. Tu como buen poeta, sabes hacerlo y deleitarnos con tus versos.
ResponderEliminarMi abrazo y feliz día de Navidad, amigo.
Gracias por tu comentario, María Jesús.
EliminarUn abrazo y feliz noche.
Que bonito y esa paz que nos deja el mar preciosos haikus un fuerte abrazo Feliz Navidad desde mi brillo del mar
ResponderEliminarGracias Bea.
EliminarUn abrazo desde el cantábrico.
Me encantó pasarme por esta playa, hoy.
ResponderEliminarTe dejo una abrazo y buenos deseos para unas felices fiestas.
Gracias Laura, seguro que las olas sonreirán...
EliminarUn abrazo en la tarde.
Lo escuchas, Rafael.
ResponderEliminarTienes un mar maravilloso para escuchar y poetizar.
Abrazo.
Es la ventaja de tenerlo tan cerca Verónica.
EliminarAbrazo.