Busco palabras
que tengan tu perfume
y tu inocencia.
Entre la niebla
que avanza con la noche
sigo buscando.
Pero el silencio
responde con la bruma
y me estremezco.
Busco la voz
que avive mis recuerdos
y sentimientos.
Está dormida,
me dicen los gorriones,
y muy cansada.
Pero su canto
sublime y melodioso,
no se me olvida.
Busco tus ojos
y en ellos el poema
que me escribiste.
En tus pupilas
brotaron unos versos
para mi alma.
Y ahora que busco
la luz que me llamaba
está muy lejos.
Rafael Sánchez Ortega ©
09/08/20
A veces necesitamos esa palabra dulce y compasiva que nos brinde luz y fuerza para seguir... conteniendo una fe de que el mundo no es tan raro e injusto.
ResponderEliminarUn abrazo querido amigo. Lindo poema.
Paty
Gracias Paty.
EliminarUn abrazo.
Buscas y encontrarás, seguro, amigo. La mayoría de cosas que buscamos, y las llevamos dentro
ResponderEliminarUn abrazo
Es cierto lo que dices, Albada Dos.
EliminarUn abrazo.
Ayyy que triste!!!
ResponderEliminarA veces extrañamos esas presencias que hacen que nuestra vida sea una fiesta para el corazon... Hermoso versos...pero no hay que dejar de ir en busca de esa felicidad
Tienes razón Eli Méndez.
EliminarUn abrazo en la tarde.
Todo un nostálgico canto, amigo Rafael.
ResponderEliminarMil besitos en la tarde.
Gracias Auroratris.
EliminarUn abrazo en la tarde.
Veo que encontraste las necesarias para hacer este hermoso poema...
ResponderEliminarAbrazo
Siempre queda preñada el alma de emociones, y allí se quedan.
ResponderEliminarAbrazo
Así es, María del Rosario.
EliminarUn abrazo.
Un canto al amor... Precioso poema.
ResponderEliminarAbrazos!!
Gracias Campirela.
EliminarUn abrazo.
No, no se olvida ese canto, Rafael, por muy cansados que estemos, o por mucho que la vida nos gire.
ResponderEliminarAbrazo.
Cierto Verónica.
EliminarAbrazo.