Escucha al mar
que deja sus canciones
en la alborada.
Deja claveles
y algunas fantasías
para las almas.
Llega el salitre
con olas soñolientas
en las resacas.
Y tú, las miras,
con ojos que despiertan
tras las legañas.
Sientes la brisa
del viento de nordeste
desde la playa.
Y te estremece
su abrazo, cariñoso
sobre tu espalda.
Escucha al mar,
te dicen tus sentidos,
hoy sin palabras.
Y tú le escuchas,
desgranas su silencio,
y allí le hablas.
La eterna búsqueda
del hombre enamorado
desde su infancia.
Rafael Sánchez Ortega ©
17/04/22
Preciosa siempre tu poesía, maestro!
ResponderEliminarBesicos.
Gracias Galiea, me alegro de que te gusten.
EliminarBesicos.
Se podrá terminar el bosque pero no el árbol, así mismo es el amor habrá desengaños, pero el amor perdura porque sin él no somos nadie. Poesía preciosa.
ResponderEliminarUn abrazo y feliz noche.
Gracias por tus palabras, Campirela.
EliminarUn abrazo y feliz noche, también para ti.
Cuando escucho el mar mi alma despierta mi verso se vuelve en colores, preciosos haikus , me alegra leerte un abrazo desde mi brillo del mar
ResponderEliminarGracias por tu comentario, Bea.
EliminarUn abrazo.
Muy bonito, porque el mar siempre nos lleva a recuerdos bellos.
ResponderEliminarUn abrazo
Cierto Maripau.
EliminarUn abrazo.
Escuchar a el mar es una gozada, sobre todo cuando se va escondiendo el Sol.
ResponderEliminarFeliz lunes Rafael. Un abrazo
Lo es Carmen.
EliminarUn abrazo y gracias.
El mar tiene una voz profunda y sabia, él nos llama, nos alienta y hasta nos avisa de inminentes peligros. Su voz es divina, nos deja siempre lo que necesitamos para elevar el espíritu y sobrevolar la realidad, amigo.
ResponderEliminarMi felicitación y mi abrazo por tu buen hacer.