¡Cuánto se extraña,
en los días nublados,
las mariposas!
Quizás se esconden,
o puede que no salgan
de su refugio.
Entre las matas
de bosques y jardines
allí se quedan.
Lloran los ojos
de niños y mayores
que son poetas.
Y es que, en sus almas,
renacen con el vuelo
las fantasías.
Luces y fiestas
con viajes y aventuras
de tantos sueños.
Algún verano
se busca en el otoño
con primaveras.
Y desde éstas
los niños se entretienen
con los cometas.
Cómo se extraña
el paso de los días,
sin mariposas.
Rafael Sánchez Ortega ©
07/06/22
"Si la montaña no viene a Mahoma, Mahoma irá a la montaña". Tu lindo poema me ha recordado este antiguo dicho. Tal vez esas mariposas sufren con el frío y hay que brindarles calor y cobijo, susurros y cariño. Ya llegará el tiempo del sol, de la flores y de la máxima expresión de su naturaleza.
ResponderEliminarUn abrazo para ti amigo. Que tengas un recordable día. Paty
Sí, Paty, es como dices.
EliminarUn abrazo y gracias.
Esas mariposas siempre están, pero a veces deben descansar. Mientras ellas descansan preparemos una gran fiesta, para su regreso ellas nunca quieran marchar. Un abrazo y muy feliz tarde.
ResponderEliminarEstaremos en esa fiesta, Campirela, sin duda.
EliminarUn abrazo en la tarde.
Murió hace poco mi perrito, mi amigo, en su nariz se paraban las mariposas, movían sus alas y él se quedaba quieto, mirándolas.
ResponderEliminarSe extrañan, pero también tiene lo suyo los días nublados, traen vida a la naturaleza
Abrazo
Cierto Verónica, todo tiene su importancia.
EliminarUn abrazo y feliz día.
Por las mariposas, viajeras y entregadas.
ResponderEliminarUn abrazo
Por ellas y por los poetas, Maripau.
EliminarUn abrazo.
Las mariposas, tan bellas y simbólicas, siempre presentes en tu alma de poeta.
ResponderEliminarAbrazo, Rafael.
Gracias Verónica.
EliminarAbrazo.