Algunas veces
sucede lo indecible
y no lo vemos.
En otros casos,
hay luces y guirnaldas
por todos lados.
Y pocas veces
escuchas la palabra
que tanto ansías.
...Pero regresa,
no sigas pensamientos
tan retorcidos.
Abre los ojos
y mira lo que pasa
cerca de ti.
Nota la brisa
que llega y acaricia
en tus cabellos.
Huele el salitre,
y el yodo de las algas
de las mareas.
Luego, sin prisa,
detente con los niños
que están jugando.
Tú fuiste niño,
y lo eres, (todavía),
aunque en otoño.
De aquella infancia
te queda la utopía
y tantos sueños.
No los olvides,
que nunca las violetas
queden marchitas.
Porque la vida
supera las heridas
y las batallas.
Dejan que vuelen
las ansias y los miedos.
hacia la nada.
Busca tu alma,
escucha sus latidos
y luego sueña.
Hazlo sin miedo,
los hombres también sueñan,
nunca lo dudes.
Rafael Sánchez Ortega ©
16/06/22
La vida sin miedos, aunque es fácil decirlo aun con todo Rafael, con ellos no vivimos y los recuerdos de la infancia nos hacen tener esa nostalgia a su vez esa fuerza.
ResponderEliminarTus poemas siempre me emocionan.
Un abrazo enorme y cuídate
Gracias por tus palabras Cora y me alegro de que mis poemas puedan llevar un poquito de alegría a tus pupilas.
EliminarUn abrazo y cuídate tú, también.
El sueño está compuesto de elementos que solo nosotros podemos aportar... soñemos, amigo Rafael.
ResponderEliminarMil besitos en la tarde.
Soñermos, Auroratris...
EliminarUn abrazo en la tarde.
Poemas, que son pinceladas de los recuerdos vividos, ellos siempre en nuestra mente .
ResponderEliminarUn abrazo Rafael, feliz en el casi ocaso de la tarde.
Así es, Campirela.
EliminarUn abrazo.
Tu poema al caer la noche aqui en Canada... inspiring
ResponderEliminarAbrazos
Gracias Natalia.
EliminarAbrazos.