Te vuelvo a ver,
querida mariposa,
y me emociono.
Sentía tanto
tu ausencia y tu silencio
que estaba triste.
Ahora estás cerca
y vuelves, nuevamente,
con tu sonrisa.
Es lo que quiero,
saber que estás alegre,
vivir tu vuelo.
Y contemplar
los giros de tus alas
y sus colores.
No me abandones,
preciso de tu encanto
y tus caricias.
Estabas lejos,
ausente de mi vida,
y te extrañaba.
Fuiste la estrella
que un día guió mis pasos
entre las brumas.
Y conseguimos
soñar como dos niños
con los poemas.
En esos sueños
volamos a la infancia,
mi mariposa.
Por eso quiero
volver hasta esos versos
y compartirlos.
Rafael Sánchez Ortega ©
28/06/22
Ese ser alado es una luz que guía nuestro sentimiento hacia la belleza de nuestro corazón. En la naturaleza hayamos por doquier la presencia de Dios, y eso nos inspira y ayuda a seguir adelante, con agradecimiento y donando nuestra gracia.
ResponderEliminarQue tengas bello día y resto de semana amigo, un abrazo, Paty
Gracias por tus palabras Paty.
EliminarUn abrazo y feliz día.
Siempre hay que creer en algo o alguien es lo que nos da esas alas que nos hacen volar. Puede ser una mariposa, o tal vez un ser halado, pero siempre que nos haga la estancia en este lugar que ocupamos en la vida feliz , bienvenido sea
ResponderEliminarUn abrazo , muy feliz tarde.
Cierto Campirela, es como dices.
EliminarUn abrazo y feliz noche.
Lindísimo también.
ResponderEliminarBesos.
Gracias Amapola.
EliminarBesos.
Precioso ❤
ResponderEliminarGracias Galilea.
EliminarBesos.