Dame tus alas
y llévame contigo
en largo vuelo.
Cierro los ojos
Me duermen tus latidos
mientras volamos.
Iremos lejos,
en viaje sin destino
por todo el mundo.
Cuando te canses
haremos un inciso
cerca del bosque.
Allí, en la fuente,
daremos un traguito
del agua fresca.
Y volveremos,
de nuevo al infinito,
sobre tus alas.
Alas de plata
repletas de suspiros
y de esmeraldas.
Son nuestros sueños,
aquellos que, dos niños,
nos entregaron.
Y llegaremos
un día, hasta el Olimpo,
para soñar.
Rafael Sánchez Ortega ©
29/06/22
La complicidad es lo más fuerte y bello que existe.
ResponderEliminarSAludos.
Cierto Manuela.
EliminarSaludos.
Hermoso, una preciosidad el poema.
ResponderEliminarBesos.
Gracias Amapola.
EliminarBesos.
Hermoso poema! Es bueno poder volar acompañado
ResponderEliminarSaludos
Gracias Sindel.
EliminarSaludos.
ES una preciosidad de poema, una gozada leerte.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias Franconetti.
EliminarUn abrazo.
Hermosa forma de volar ❤❤
ResponderEliminarMe ha gustado mucho 👏🏼👏🏼👏🏼
Me alegro de lo que dices Galilea.
EliminarUn abrazo.
No hay mejor manera de volar que nuestra propia mente, con ella podemos ir a donde queramos. Esas alas de plata que nos hagan llegar más allá del Olimpo.
ResponderEliminarBesotes, feliz tarde calurosa.
Gracias por tus palabras Campirela.
EliminarUn abrazo en la tarde.