No me abandones,
pequeña mariposa,
llévame lejos.
Quiero volar,
contigo, entre tus alas
y allí soñar.
Sueñan los niños
y sueñan los mayores
con utopías.
Pero es bonito
soñar. No se hace daño
y nada cuesta.
Y si ese sueño
te lleva por los cielos,
mucho mejor.
Verás aldeas,
colinas y montañas
sobre los bosques.
Verás senderos
ocultos, en caminos
no transitados.
Y hasta cabañas,
pequeñas, diminutas
en algún bosque.
Y soñarás,
amigo, como el niño
que llevas dentro.
Rafael Sánchez Ortega ©
09/09/23
Debe ser bonito lo que ven las mariposas, a mi ya me gusta verlas a ellas.
ResponderEliminarGracias por tus palabras Ester.
EliminarYo he volado en este precioso poema, Rafael.
ResponderEliminarQué paz.
Abrazo.
Gracias Verónica, eres muy generosa y también agradezco tus otros comentarios de hoy.
EliminarAbrazo.
Lindísimo poema, que nos hace volar con esa mariposa, alada y pizpireta, vital y con sonrisa de niña inquieta.
ResponderEliminarUn abrazo, Rafael
Gracias Maripau.
EliminarUn abrazo.
Quién fuera mariposa para poder volar y ver ese mundo del que hablan tus poemas. Feliz semana Rafael.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias María Rosa.
EliminarUn abrazo
y feliz semana.
Soñar con ese vuela, alivia los imposibles del alma, ¿o será que soñando y soñando se puedan cumplir?... puede ser.
ResponderEliminarComo siempre, versos cargados de encanto, tiempo, sueños, amor y vida. Un gran abrazo Rafael.
Paty
Gracias por tus palabras Paty.
EliminarUn abrazo.