Barca sin velas
que esperas en el puerto
tu singladura.
Hombres curtidos
con remos en sus manos
y en tus toletes.
La boga suave
rompiendo con la proa
olas y mares.
Buscas el sitio
con buenos caladeros
para pescar.
Y allí el marino
pondrá los aparejos
a cacear.
Puede que piquen
doradas y jargüetas
y algunos panchos.
Y mientras tanto
te meces con las olas
y en ellas sueñas.
No tienes velas,
ni palo de mesana
y estás cansada.
Pero unas manos,
que reman y acarician,
te llevan lejos.
Vuelves al mar,
al mundo de tus sueños
junto al salitre.
Y sentirás
el beso de las aguas
una vez más.
Rafael Sánchez Ortega ©
24/09/23
El beso que resucita, recupera la historia, Bonita poesía.
ResponderEliminarGracias Ester.
EliminarQué poema más bonito, Rafael!!!
ResponderEliminarAbrazo.
Gracias por tus letras y comentarios, Verónica.
EliminarAbrazos.
Muy lindo amigo, un verdadero tributo a esas viejas barcas, que fieles aguardan cumplir sus misiones, junto a las del esforzado hombre de mar.
ResponderEliminarFeliz día Rafael, te mando un fuerte abrazo.
Paty
Se nota la influencia del salitre, no puedo negarlo Paty.
EliminarUn abrazo y gracias.
Que bonito poema, cuanto amor hacia las barcas y los pescadores hay en cada verso.
ResponderEliminarAbrazo.
Es algo inevitable, padre, abuelo...
EliminarGracias María Rosa.
Abrazo.
Hermosa singladura. Besos
ResponderEliminarGracias Inma.
EliminarBesos.
Un poema, que si lo leyera algún marinero te estaría agradecido , hombres fuertes con templanza se merecen un poema marinero.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias Campirela, a veces salen así, sin darme cuenta.
EliminarUn abrazo y feliz día.