Descansan las campanas,
no suenan en la iglesia,
tampoco se ven nidos
ni vuelos de cigüeñas.
Hay campos infinitos
ausentes de banderas,
el barro suple al prado
y el ocre al verde yerba.
Suspiran las cigarras
y duermen las estrellas,
dejando mil suspiros
el paso de un cometa.
Yo busco entre las sombras
el verso y el poema,
que venga hasta mi lado
y deje aquí tu néctar.
Así podré quedarme
dormido entre las peñas,
que están junto a la playa
oyendo a las sirenas.
Con ellas las corales
darán canciones nuevas,
de voces y de ochotes
surgidos de tabernas.
Descansan las campanas
y tú duermes con ellas,
mi tierna mariposa,
que vives en mis letras.
Rafael Sánchez Ortega ©
01/03/24
Bellissimi versi che nel loro agrodolce aprono il cuore alla vita ed all'amore.
ResponderEliminarUn carissimo saluto
Gracias Giorgio.
EliminarUn saludo.
¡Que palabras mas bonitas hay en tu poema Rafael!.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias Conchi.
EliminarUn abrazo.
Muy buenas noches, que descansen las campanas, mañana será un nuevo día, y las mariposas volverán a su danza.
ResponderEliminarUn besote.
Gracias Campirela.
EliminarUn abrazo y feliz semana.
Esa campanas, huérfanas de voces el pasado, siguen reverberando versos.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte, Rafael.
Así es Maripau.
EliminarUn abrazo y feliz semana.
Preciosa lectura 👏🏼👏🏼❤
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