Era un domingo
con palmas y con ramos
de primavera.
Fuimos a misa,
cantamos y rezamos,
todos unidos.
Éramos jóvenes,
apenas unos niños
con su inocencia.
Era un domingo,
la iglesia estaba llena,
con muchos fieles.
Todos llevaban
los ramos en sus manos
a bendecir.
La ceremonia,
muy breve, consistía
en misa y rezo..
Luego, al final,
los ramos y las palmas
se bendecían.
Y las sonrisas
venían a los labios
de los presentes.
"Era un domingo",
recuerdo con agrado
y con nostalgia.
Hoy es domingo,
la fecha está olvidada,
ya no soy niño.
Rafael Sánchez Ortega ©
24/03/24
Una linda poesia al domingo de Ramos.
ResponderEliminarYo si, fui a misa, despues de muchos meses sin poder asistir por mi accidente y me emocione como en mi infancia.
mariarosa
Gracias María Rosa, me alegro de lo que me dices.
EliminarUn abrazo.
¡Cómo cambia nuestra percepción de las costumbres que tuvimos tan arraigadas en la infancia!
ResponderEliminarHe de decir que me quedé con ganas de asistir a la misa del Domingo de ramos. Hay ciertas fechas en que mi "pseudofe" cobra fuerza.
Un abrazo.
Gracias Rebeca.
EliminarUn abrazo.
El niño con su palma sigue ahí, latiendo cuando echas la vista atrás.
ResponderEliminarUn Domingo de Ramos que quedó grabado. Un abrazo fuerte, Rafael.
Cierto, Maripau, así es.
EliminarUn abrazo.