Apenas recuerdo el color de las nubes
y su traje de gala,
porque mis ojos, cansados,
han perdido la memoria
y la oscuridad se refleja
en mis pupilas.
Apenas recuerdo el sonido
de tus labios, musitando mi nombre
en un susurro enamorado
y pidiendo, de los míos,
otro beso y un poema.
Apenas recuerdo aquel otoño
tan sagrado y colorido,
y los paseos,
por la playa con sus olas y resacas
y, también, en el bosque, junto al río
y sus meandros.
Apenas recuerdo el saludo de las aves
que pasaban y dejaban con sus alas
la ternura de un momento inolvidable
y hoy ajeno en mi memoria.
Pero sí recuerdo
mis manos en tu cuerpo,
mis dedos por tu cara y tus mejillas
y aquel dulce escalofrío
que me diste
y compartimos en silencio
y sin palabras.
Rafael Sánchez Ortega ©
13/03/24
Stupenda poesia, forse una fra le più belle che hai pubblicato.
ResponderEliminarUn carissimo saluto
Gracias Giorgio.
EliminarUn saludo.
wuuaau casi que me encaoras, que bonita forma de escribir dulces recuerdos, te quedó precioso, un abrazo desde mi brillo del mar
ResponderEliminarGracias por tus palabras y comentarios, Bea.
EliminarUn abrazo.
Una feliz noche. Gracias por tu poesía, siempre nos deja pinceladas de melancolía. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias Campirela.
EliminarUn abrazo.
Va quedando, con precisión de cirujano, lo que realemente valió la pena, porque valía la alegría.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte, Rafael.
Gracias Maripau.
EliminarUn abrazo.