Se apaga el día,
con él la vida,
llega la noche.
Y las violetas
verán los cielos
que tú no veas.
Porque tus ojos,
ya están cerrados
en sueño eterno.
Duerme tu vida
que se ha parado
en un andén.
No tienes nombre,
tampoco abrigo,
estás ausente.
Los cormoranes
se muestran tristes
y ya no vuelan.
Y hasta los sauces,
que son llorones,
no tienen lágrimas.
Murmura el viento
y hablan los robles
con los hayedos.
Todos extrañan,
la risa franca
de los poemas.
Y es que la vida,
se apaga y muere
y no hay palabras.
Cierra la pluma,
cierra los ojos,
duerma el poeta.
Rafael Sánchez Ortega ©
02/03/24
Hay momentos en que pareciera que todo se detiene, instantes de ausencia y dolor en que hasta el aire le cuesta trabajo estar presente, incluso las palabras que antes fueron tablas de salvación. Dicen que “Los poetas solo se deshacen pero no mueren” (Margarita Yourcener), tal vez sea cierto.
ResponderEliminarMe dio invadió de nostalgia tu poema de hoy, es especialmente sensible a la vez de muy bello. Te deseo una bella semana amigo, te mando un gran abrazo.
Paty
Gracias sinceras, Paty.
EliminarUn abrazo y feliz semana.
Y las violetas verán los cielos que tú no veas. Preciosos versos, feliz día Rafael. Un abrazo
ResponderEliminarGracias Carmen.
EliminarUn abrazo y feliz semana.
Un dolor convertido en poesía, emociona leerlo.
ResponderEliminarAbrazo.
Gracias María Rosa.
EliminarAbrazo.
Cuando todo se pierde, florecen amaneceres de recuerdos.
ResponderEliminarAbrazo
Cierto, María del Rosario.
EliminarUn abrazo.
Un poema con olor y sabor. Un besote, feliz noche.
ResponderEliminarGracias Campirela.
EliminarUn abrazo y feliz noche.
Ese dormir eterno de un poeta, es dejar a la naturaleza y al amor sin pintor.
ResponderEliminarPrecioso poema. Y triste. Un fuerte abrazo, Rafael.
Gracias Maripau
EliminarUn abrazo.
Se apaga el día... los ojos se cierran. Quedan los versos.
ResponderEliminar❤👏🏼