Despiertas una tarde
y ves todo distinto,
el día está cambiado
y duermen los vinilos.
Te invade la tristeza
y sientes que el destino
te agobia con su carga
de nubes y granizo.
Hay barro por las calles
y restos de ladrillos,
cristales troceados
y tejas de Cupido.
Parece que los elfos
pasaron despacito,
dejando las tinieblas
despiertas y en sigilo.
Arriba está la luna,
coqueta y con su brillo,
su cara plateada
saluda con un guiño.
Sacudes la cabeza
y ves el infinito,
te llaman las estrellas
y alumbran tu camino.
"...Enjuágate una lágrima
poeta, y sé tú mismo,
el hombre que ahora sueña
y tiene alma de niño..."
Rafael Sánchez Ortega ©
11/03/24
La vida está llena de tristezas y alegrías...Todo es necesario para crecer y madurar, Rafael. Es bueno aceptarlo y vivirlo, sin olvidar nunca al niño interior, que nos inspira y nos llena de magia y belleza, amigo.
ResponderEliminarMi felicitación y mi abrazo por tu constante entrega a la poesía.
Cierto María Jesús.
EliminarUn abrazo.
Dolcissimi e bellissimi versi che toccano il cuore
ResponderEliminarUn caro saluto
Gracias Giorgio
EliminarUn saludo.
Hermoso Rafael.
ResponderEliminarUn brazo.
Gracias María Rosa
EliminarUn abrazo.
Precioso sentir, aunque triste como la vida misma. Pero amigo, hoy toca sonreír. Un beso.
ResponderEliminarGracias Campirela.
EliminarUn abrazo
Tras las debacles, renace la esperanza de ese niño que fue.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte, Rafael.
Sin duda es como dices Maripau.
EliminarUn abrazo.
Nostalgia que brotan del alma precioso mi bello amiho un abrazo desde mi brillo del mar
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