Ahora estoy solo,
susurra mi conciencia
en medio de la noche.
Lo sé y soy consciente
de mi estado.
Se marcha el invierno
de los días crudos y sombríos,
con la soledad infinita
y las brumas del alma.
Por una parte ya quiero que acabe,
que termine este tiempo,
este estado,
esta agonía...
Atrás quedan los pasos
y las huellas de una etapa de la vida,
de unos días mal viviendo, y añorando,
otros de estío y primaveras
ya lejanas.
Crecen los días
y amanece más temprano.
Parece como si la niebla se rompiera,
se fragmentara en mil pedazos
y permitiera ver, a lo lejos,
a una primavera renovada
y que se acerca,
aunque, quizás, es una utopía.
Pero son la edad y los años,
la eterna confusión de los sentidos,
los que piden y sueñan con volver al pasado,
con sentir el galope impetuoso
de un joven corazón ya marchitado,
y el correr acelerado de la sangre
por un cuerpo que ha cumplido su objetivo
mientras sus labios se estremecen
y pronuncian un nombre
y unos ojos, sus ojos, te buscan
y buscan la vida
que parece resurgir, entre la bruma
de un invierno que se marcha.
...Pero el tren está parado
y su vagón, sin número ni nombre,
allí te espera.
Es una estación sin nombre, sin señales;
es un andén y tú estás en él, esperando,
y esperándome...
Me miras y te miro,
acercas tu mano a la mía
y temblando, pero con una sonrisa,
subimos a ese tren y a ese vagón,
que pronto marchará
y partirá hacia otro mundo,
otra vida, otros sueños,
con nosotros, como versos
y viajeros, solamente,
del poema, inacabado,
de dos almas que se amaron.
Rafael Sánchez Ortega ©
14/03/24
No estás solo, estas bien acompañado con tus bellos versos, no estás solo, te tienes a tí, a nosotros, sigue haciendo que disfrutemos con tus versos. Nada es para siempre estimado amigo, disfrutemos de lo que tenemos mientras estemos aquí. Feliz fin de semana estimado Rafael.
ResponderEliminarGracias Carmen.
EliminarUn abrazo.
Hermoso, pero triste poema. Fluye la añoranza del tiempo vivido y una no aceptación del mundo actual.
ResponderEliminarUn abrazo Rafael y que la cercana primavera con sus colores y perfumes te renueve la esperanza.
mariarosa
Gracias María Rosa.
EliminarUn abrazo.
Que belleza, amar y se ha amado, no todos lo pudieron completar, el poema es tierno, es dulce como una cereza madura, tu poeta ya sabes que aunque el tiempo vuele, siempre vivirás en el recuerdo de ese amor.
ResponderEliminarAbrazo
Gracias María del Rosario.
EliminarUn abrazo.
Agradecer por todo lo vivido, sabiendo que el deber está cumplido. Tu poema es un viaje a través del tiempo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias Rafael.
EliminarUn abrazo.
La vida pasa por facetas, y bien se reflejan en este poema, cada una de ellas tiene sus aventuras y desventuras.
ResponderEliminarEs bonito recordar, pero hay que vivir el presente y este será mejor si aceptamos lo que nos toca vivir. Vivamos, pues, el presente y soñemos con el recuerdo. Un abrazo.
Vivamos cada día, Campirela.
EliminarUn abrazo.