(Para "Ade",
inspirado en su labor
de ángel con unas personas
que siguen siendo "niños")
Hoy he visto unos niños
y ha llorado mi alma
porque en ellos había
una estampa de playa.
Eran olas coquetas
de unos ojos que llaman,
y dejaban sonrisas
con la brisa y las algas.
Eran gracia sublime,
con sonrisa de plata,
la inocencia sin nombre
de unos ojos que hablan.
Hoy he visto estos ojos,
que a su vez me miraban,
sin pensar en el tiempo
ni en sus piernas cansadas.
Eran ojos rasgados
de personas ancianas,
recibiendo sonrisas
en la tarde que acaba.
Y tú estabas allí,
mariposa y mi Hada,
con la brisa y la tarde
y tu voz de gitana.
¡Que prosiga la risa
y la fiesta sin pausa.
que no pasen los años
de esta edad con su magia!
Rafael Sánchez Ortega ©
15/03/24
Un precioos poema, Rafael. Abrazos, feliz noche.
ResponderEliminarGracias Campirela.
EliminarUn abrazo.
Lindísimo. Esos niños nos dicen lo que siempre supimos, que con la mirada limpia, las mariposas nos aguardan, y nos guardan.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, Rafael.
Así es, Maripau, gracias.
EliminarUn abrazo.