I
La vida es una extraña paradoja
que pasa como un soplo, en un momento,
es brisa que acaricia cual tormento
y arranca de los árboles la hoja.
No tiene corazón por la congoja,
más tiene sed ardiente del sediento
que pide y que susurra en un lamento
un poco de piedad y sangre roja.
Se envuelve entre las nieblas y la prisa
haciéndonos temblar día tras día.
La vida es la figura sin sonrisa,
la gleba del terruño tan bravía,
la rosa en el jardín tan indecisa
y un tiempo singular de cortesía.
Rafael Sánchez Ortega ©
01/04/11
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