III
Más precisa saber de su existencia
de ese tiempo pasado y su futuro,
de ese mundo lejano, en la conciencia,
y del otro, cercano y tan oscuro.
Y por eso pregunta con urgencia,
por el lado sutil y tan impuro,
en qué pudo romperse la inocencia
de aquel niño soñando tan seguro.
Porque amar y soñar es algo eterno,
que alimenta, que calma y que sosiega
las preguntas inquietas de la infancia.
Más es justo que al hombre, en el invierno,
al guerrero que muere tras la entrega,
la verdad se le dé con elegancia.
Rafael Sánchez Ortega ©
15/02/13
Más precisa saber de su existencia
de ese tiempo pasado y su futuro,
de ese mundo lejano, en la conciencia,
y del otro, cercano y tan oscuro.
Y por eso pregunta con urgencia,
por el lado sutil y tan impuro,
en qué pudo romperse la inocencia
de aquel niño soñando tan seguro.
Porque amar y soñar es algo eterno,
que alimenta, que calma y que sosiega
las preguntas inquietas de la infancia.
Más es justo que al hombre, en el invierno,
al guerrero que muere tras la entrega,
la verdad se le dé con elegancia.
Rafael Sánchez Ortega ©
15/02/13
Gracias por este soneto, amigo Rafael. Perfecto y emotivo. Sueños, realidad y niñez combinados en estos catorce versos deliciosos.
ResponderEliminarUn abrazo, amigo
Fina
Gracias nuevamente Fina.
EliminarUn abrazo y feliz viernes.
Cuánta razón, Rafael. Me siento necesitada de la verdad. Hermoso soneto.
ResponderEliminarTodos, como personas, precisamos la verdad TrovayMas.
EliminarUn abrazo y feliz día.
El guerrero posee la sabiduría y debe ser consciente de ello,tiene el corazón conectado al universo...sonrío.
ResponderEliminarMi gratitud y un beso,poeta y amigo.
M.Jesús
Pero es así como dices, M.Jesús, al menos en esos "guerreros míticos", que tantas veces hemos admirado en las novelas históricas.
EliminarUn abrazo en la noche.
De nuevo la imagen que has puesto es significativa...
ResponderEliminarQué distintas son las reflexiones y conclusiones de un niño a las del mismo cuando se hace mayor después de haber rozado contra las espinas de la vida... aunque en ninguna de las dos etapas alcanzamos ninguna certeza... no sé, en esta vida, cuanto más apretamos a la verdad para que no se nos escape de las manos más se nos va por entre los dedos...
¿De donde venimos? ¿Adónde vamos? ¿Por qué luchamos? ¿Quiénes somos? ¿Por qué así y no de otra manera?
Pero ni el viento ni nadie nos responde... es nuestro interior quien nos responderá según nuestra biografía...
Un abraazo.
Un abrazo.
La verdad absoluta nunca se alcanza, Impersonem, como bien dices, pero el niño la busca de una manera y el anciano de otra. Sin embargo ambos se hacen preguntas y esas son las que esa imagen, (la de los versos), trata de hacernos a nosotros y que tú tan bien señalas en el comentario.
EliminarUn abrazo en la noche.