Me quedé recogiendo los cristales
y las gotas de lluvia derramadas,
sin saber que la tierra no quería,
al cristal con las lágrimas amargas.
Fue un instante fugaz, en un impulso;
me incliné, sin dudar, en la baranda,
a tratar de salvar aquella rosa
que intentaba llevarse la resaca.
Pero el frágil cristal de la inocencia
se quebró, como nube, con la infancia,
y llevó por océanos sin nombre
la ilusión de aquel niño con su magia.
¡Cuánta nota quedaba en la cabeza
tras el roto indolente de aquel alma!,
¡cuántos sueños quedaron retenidos
esperando unos labios y una nana...!
Pero yo, espectador impenitente,
el autor de los sueños y las lágrimas,
no quería morir en ese instante
porque ansiaba la voz de tu palabra.
Deseaba tu rostro silencioso,
el perfil con la cara de gitana,
y ese labio con frases arrastrando
y el "seseo" surgido en tu garganta.
Y allí estaba observando aquel espejo
con reflejos que herían la mirada,
destrozado en pedazos diferentes
que a la luna y al cielo señalaban.
No tenía el perdón de mis pecados,
ni tu voz me llegaba con su calma,
ni tenía ese grito, en las pupilas,
que otras veces, ardiente me abrazaba.
"...Me quedé recogiendo los cristales
y unas gotas rozaron la ventana,
sin saber que mis ojos no querían,
derramar otras lágrimas amargas..."
Rafael Sánchez Ortega ©
02/02/13
y las gotas de lluvia derramadas,
sin saber que la tierra no quería,
al cristal con las lágrimas amargas.
Fue un instante fugaz, en un impulso;
me incliné, sin dudar, en la baranda,
a tratar de salvar aquella rosa
que intentaba llevarse la resaca.
Pero el frágil cristal de la inocencia
se quebró, como nube, con la infancia,
y llevó por océanos sin nombre
la ilusión de aquel niño con su magia.
¡Cuánta nota quedaba en la cabeza
tras el roto indolente de aquel alma!,
¡cuántos sueños quedaron retenidos
esperando unos labios y una nana...!
Pero yo, espectador impenitente,
el autor de los sueños y las lágrimas,
no quería morir en ese instante
porque ansiaba la voz de tu palabra.
Deseaba tu rostro silencioso,
el perfil con la cara de gitana,
y ese labio con frases arrastrando
y el "seseo" surgido en tu garganta.
Y allí estaba observando aquel espejo
con reflejos que herían la mirada,
destrozado en pedazos diferentes
que a la luna y al cielo señalaban.
No tenía el perdón de mis pecados,
ni tu voz me llegaba con su calma,
ni tenía ese grito, en las pupilas,
que otras veces, ardiente me abrazaba.
"...Me quedé recogiendo los cristales
y unas gotas rozaron la ventana,
sin saber que mis ojos no querían,
derramar otras lágrimas amargas..."
Rafael Sánchez Ortega ©
02/02/13
Hoy me has tocado el alma. Me llevo la dulce sensación del alma acariciada.
ResponderEliminarPrecioso!!!
Cariños...
Gracias por tu comentario y esa visión de mis versos Oriana.
EliminarUIn abrazo y lindo sábado.
Espejos, cristales, lagrimas, ingredientes perfectos para una ensonacion!
ResponderEliminarBuenas noches Rafael
Sí, Natalia, lindos ingredientes, aunque algunos hirientes, para llevar a un poema.
EliminarUn abrazo y feliz sábado.
A veces pasa que uno se queda contando los cristales rotos cuando su mundo se viene abajo.
ResponderEliminarNada mejor que intentar pegar los trozos o mejor buscar otro cristal nuevo.
un abrazo
Sería la mejor solución "Sabores", pero a veces somos incapaces de reaccionar, ¿no crees?
EliminarUn abrazo.
Recoger los pedacitos de uno mismo
ResponderEliminarpara volver a recomponerlos es la
esencia de nuestra vida y pobre del
que no lo haya sentido o vivido.
Como siempre tu duende te sopla
al oído.
Un fuerte abrazo.
Cierto Paco, creo que todos, de una ú otra manera hemos tenido "esos cristales rotos" en alguna ocasión.
EliminarUn abrazo y lindo sábado.
De tu cabeza y de tu corazón mana una fuente inagotable de letras,querido Rafael. Es increible!
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Gracias Ohma, supongo que no más que la de cualquiera de nosotros, incluso la tuya.
EliminarUn fuerte abrazo querida amiga y que pases un lindo sábado galleguiña.
Aunque los ojos no quieran, si el alma se empeña...
ResponderEliminarSaludos
Cierto TriniReina, así es.
ResponderEliminarUn abrazo y feliz sábado.
UUFF a veces se dice que de el agua derrrmada es difícil recoger pero cuando sale de un alma noble como tú se puede volver a recojer y empezar , muy bello ,un abrazote desde mi brillo del mar
ResponderEliminarGracias Beatriz por tu comentario.
EliminarUn abrazo y feliz sábado.
Me dejas sin palabras, es una poesía bellísima amigo!!!! Un beso...
ResponderEliminarGracias por tu comentario Paty.
EliminarUn abrazo y feliz tarde.
Recogiendo cristales.
ResponderEliminarAsí se siente ante el desamor, sea el que sea.
Abrazo, Rafael, ando liada
Cierto Verónica, es una metáfora ante el desamor.
EliminarUn abrazo para que puedas seguir.
¡¡ay Rafael! como se dice en Venezuela...siempre me dejas el corazòn "chiquitico"...
ResponderEliminarabrazos
Bueno Adelfa, supongo que eso es porque suspiras, ¿me equivoco?
EliminarUn abrazo y feliz tarde.
Intento por "conservar" lo que se ama y añoranza ante lo perdido... sentimiento que resbala por las mejillas... corazón quebrado... y aceptación...
ResponderEliminarUn abrazo.
Constantes siempre inevitables en poesía, ¿verdad?... Quizás son muy utilizadas por todos nosotros.
ResponderEliminarUn abrazo.