Suena la música
que se escapa de un piano
por los jardines.
No sé qué mano
se encarga del teclado
y sus caricias.
Dedos de arcángel
en cuerpo de alabastro
de Miguel Ángel.
Tardes de gloria,
acordes imposibles
junto a las rosas.
De vez en cuando
la magia y el adagio
surgen de pronto.
Cierro los ojos,
el cielo se estremece.
Tiembla mi alma.
Entonces llegan,
las cargas y batallas
de los cosacos.
Luego el descanso,
la paz de los jardines,
las francachelas.
Hasta que surgen
con fuerza, las resacas,
en un final.
Y allí se acaban
la paz y la utopía
que disfrutaba.
Suena la música
distinta, en otros dedos,
pero sin "magia".
Rafael Sánchez Ortega ©
11/02/23
Dejemos que suene esa música, disfrutemos de las francachelas.
ResponderEliminarYa habrá tiempo después para la tranquilidad y la soledad del dia.
Feliz sábado, a disfrutar los rayos del sol.
Gracias Campirela.
EliminarUn abrazo.
.¸¸.•´☆.¸¸.•´☆ .¸¸.•´☆.¸¸.•´☆Abrazos .¸¸.•´☆.¸¸.•´☆Poeta.¸¸.•´☆.¸¸.•´☆
ResponderEliminarGracias Recomenzar.
EliminarUn abrazo.
Sonreí, Rafael.
ResponderEliminarA veces estás tan feliz en un jardín, disfrutando, y vienen los cosacos con sus francachelas, sí.
Abrazo!!!
Gracias Verónica.
EliminarAbrazo.