La cajita de música
contenía un secreto,
los latidos nerviosos
que tomé de tu pecho,
y quedaron en ella
a través de mis dedos
con el bello regalo
de tus labios y un beso.
¡Oh, cajita dorada,
querubín de mis sueños,
no me cierres tus ojos
quiero ver lo que hay dentro;
ese dulce susurro
tan sutil como el viento,
y hasta el tierno suspiro
que me brinde tu aliento.
Corazón que renaces
al amor en los versos,
no marchites tu vida
ni malgastes el tiempo,
vive el día que nace
y persigue en el cielo,
a la magia que deja
el azul del invierno.
¡Hay cajita preciada,
de los años aquellos,
cuántas notas del arpa
en tu seno durmieron!,
y ahora yo te lo pido
te suplico y te ruego,
me devuelvas la música
que guardaste con celo!
¿Dónde están tus latidos?
¿dónde están no los veo?,
pero siento, cajita,
que se marcha febrero,
y se apagan las tardes
y se van los flamencos,
y aquí quedo, esperando
la canción de tus versos.
Rafael Sánchez Ortega ©
23/02/23
Bonito y melodioso poema.
ResponderEliminarQue no dejen de latir esas cajitas que guardan tanto dentro…
Un placer, querido amigo.
Abrazo grande 💙
Gracias Ginebra.
EliminarUn abrazo.
Cuantas cajitas de música hay en nuestra vida y en ella guardamos verdaderos tesoros repletos de recuerdos. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias Campirela.
EliminarUn abrazo.
Toda una melodia tan bella como dulce. He amado y amo las cajitas musicales, tienen para mí un misterios o más bien una magia que emociona.
ResponderEliminarmariarosa
Gracias María Rosa.
EliminarUn abrazo.
Musicalidad y belleza en tus versos Rafael
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias Carmen.
EliminarUn abrazo.
Realmente se apoya en versos y latidos, un poema precioso, intimista, y muy bello.
ResponderEliminarUn abrazo, Rafael
Gracias Maripau.
EliminarUn abrazo.
Echaba de menos tus maravillosos romances...
ResponderEliminarMaravilloso ❤❤❤🎩
Gracias Galilea, me alegro de ello.
EliminarUn abrazo y feliz semana.