Cuando se miente, te mientes,
aunque nunca te arrepientas,
hay quien miente sin saberlo,
más tu mientes a sabiendas.
Hay quien mira entre las sombras
para ver lo que le dejan,
más las sombras nada tienen
sólo sombras y miserias.
Hay quien busca en los rincones
las verdades que no encuentra,
y reniega de las mismas
y hasta jura y patalea.
Más si mientes y te mientes,
perderás eso que anhelas,
tantos besos y caricias
con abrazos y promesas.
Me mentiste muchos días,
muchas tardes a sabiendas,
muchas noches bulliciosas
de mentiras y blasfemias.
Tú me hablabas de cariño
entre luces de bohemia,
y mis ojos te seguían
y asentían con firmeza.
Tus mentiras eran libres
y te hacían más eterna,
más segura de ti misma
a la vez que más ligera.
Sin embargo te olvidaste
de mentir sin la careta,
con el alma desnudada
y mirándome de cerca.
Tus mentiras me dolieron
y lloré lágrimas negras,
pero tú nunca las viste
ni sufriste mis ausencias.
Me sacaste de tu lado,
de tu vida y de tu senda,
muchas noches quedé solo
contemplando las estrellas.
Y lloré con el vacío,
con su manto de tristeza,
recubierto por espinas
y mentiras de tu diestra.
Sólo espero que camines
y que nunca más te mientas,
no le mientas a tu alma
ni a las almas a quien quieras.
Rafael Sánchez Ortega ©
09/05/10
aunque nunca te arrepientas,
hay quien miente sin saberlo,
más tu mientes a sabiendas.
Hay quien mira entre las sombras
para ver lo que le dejan,
más las sombras nada tienen
sólo sombras y miserias.
Hay quien busca en los rincones
las verdades que no encuentra,
y reniega de las mismas
y hasta jura y patalea.
Más si mientes y te mientes,
perderás eso que anhelas,
tantos besos y caricias
con abrazos y promesas.
Me mentiste muchos días,
muchas tardes a sabiendas,
muchas noches bulliciosas
de mentiras y blasfemias.
Tú me hablabas de cariño
entre luces de bohemia,
y mis ojos te seguían
y asentían con firmeza.
Tus mentiras eran libres
y te hacían más eterna,
más segura de ti misma
a la vez que más ligera.
Sin embargo te olvidaste
de mentir sin la careta,
con el alma desnudada
y mirándome de cerca.
Tus mentiras me dolieron
y lloré lágrimas negras,
pero tú nunca las viste
ni sufriste mis ausencias.
Me sacaste de tu lado,
de tu vida y de tu senda,
muchas noches quedé solo
contemplando las estrellas.
Y lloré con el vacío,
con su manto de tristeza,
recubierto por espinas
y mentiras de tu diestra.
Sólo espero que camines
y que nunca más te mientas,
no le mientas a tu alma
ni a las almas a quien quieras.
Rafael Sánchez Ortega ©
09/05/10
no hay mentira sin verdad!, ni verdadque no sea mentira
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