domingo, 9 de mayo de 2010

CUANDO SE MIENTE...


Cuando se miente, te mientes,
aunque nunca te arrepientas,
hay quien miente sin saberlo,
más tu mientes a sabiendas.

Hay quien mira entre las sombras
para ver lo que le dejan,
más las sombras nada tienen
sólo sombras y miserias.

Hay quien busca en los rincones
las verdades que no encuentra,
y reniega de las mismas
y hasta jura y patalea.

Más si mientes y te mientes,
perderás eso que anhelas,
tantos besos y caricias
con abrazos y promesas.

Me mentiste muchos días,
muchas tardes a sabiendas,
muchas noches bulliciosas
de mentiras y blasfemias.

Tú me hablabas de cariño
entre luces de bohemia,
y mis ojos te seguían
y asentían con firmeza.

Tus mentiras eran libres
y te hacían más eterna,
más segura de ti misma
a la vez que más ligera.

Sin embargo te olvidaste
de mentir sin la careta,
con el alma desnudada
y mirándome de cerca.

Tus mentiras me dolieron
y lloré lágrimas negras,
pero tú nunca las viste
ni sufriste mis ausencias.

Me sacaste de tu lado,
de tu vida y de tu senda,
muchas noches quedé solo
contemplando las estrellas.

Y lloré con el vacío,
con su manto de tristeza,
recubierto por espinas
y mentiras de tu diestra.

Sólo espero que camines
y que nunca más te mientas,
no le mientas a tu alma
ni a las almas a quien quieras.

Rafael Sánchez Ortega ©
09/05/10

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