Día gris en un mal día,
día gris y ceniciento...
Deseos de cerrar definitivamente
las puertas y ventanas,
de correr tupidos velos
en la vida y en el tiempo
y poder cerrar los ojos
y no abrirlos nunca más.
Vacío, soledad, tristeza...
Lo tengo todo.
Pero sí, es mi problema,
es algo que no puedo compartir
y que a nadie debo transmitir,
así que sonreiré como un hipócrita;
beberé las hieles de la vida
aunque luego las vomite,
y tomaré ese vaso de cicuta
que me ofrecen.
Nada pido, nada tengo,
por lo tanto no me encuentro
en condición de recibir nada
si no puedo ofrecer ni una mirada,
ni un latido a las estrellas,
ni un suspiro hacia los mares...
...Nada, sólo sombras
simplemente.
Retales de una vida
que no ha sido,
fagmentos inconexos
e incompletos
de una música que pudo
y que no fue la causante del sonido
que esperaba.
...Más todo es soledad,
todo es silencio.
Y busco ese silencio para romperlo
en mil pedazos,
para llegar al fondo de su esencia,
para dormir en él profundamente,
sin miradas,
sin palabras,
sin abrazos,
sin palmadas en la espalda,
sin aplausos,
ajeno así, a la vida y a las gentes,
en un sueño profundo e inacabable.
¡Vivir, morir!...
La eterna paradoja de la vida.
"Si morir es vivir,
quisiera ya morir para vivir eternamente"...
Hermosa frase y pensamiento
nacida en esa infancia,
cuando las preguntas tenían
mil respuestas,
cuando el corazón temblaba,
y no de frío,
cuando la sangre circulaba acelerada
haciendo que brotaran
los suspiros en el pecho.
Hermoso corazón,
entonces tú soñabas con amores
de novela,
amabas sin razón,
con tu razón y con tus sueños.
Amabas simplemente a la vida
y a las gentes.
¿Qué sucedió para que ahora
ya no vivas,
para que ahora sólo quieras
ese mundo del vacío y de la nada?
¿Acaso ya no vives?
¿acaso ya no amas?...
...Silencio corazón,
es la razón que ha muerto
y se desangra.
Recogerán las aves la semilla,
en las gotas de esa sangre
que se escapa,
y llevarán las mismas a los campos
para sembrar las tierras
y las almas.
Rafael Sánchez Ortega ©
18/05/10
día gris y ceniciento...
Deseos de cerrar definitivamente
las puertas y ventanas,
de correr tupidos velos
en la vida y en el tiempo
y poder cerrar los ojos
y no abrirlos nunca más.
Vacío, soledad, tristeza...
Lo tengo todo.
Pero sí, es mi problema,
es algo que no puedo compartir
y que a nadie debo transmitir,
así que sonreiré como un hipócrita;
beberé las hieles de la vida
aunque luego las vomite,
y tomaré ese vaso de cicuta
que me ofrecen.
Nada pido, nada tengo,
por lo tanto no me encuentro
en condición de recibir nada
si no puedo ofrecer ni una mirada,
ni un latido a las estrellas,
ni un suspiro hacia los mares...
...Nada, sólo sombras
simplemente.
Retales de una vida
que no ha sido,
fagmentos inconexos
e incompletos
de una música que pudo
y que no fue la causante del sonido
que esperaba.
...Más todo es soledad,
todo es silencio.
Y busco ese silencio para romperlo
en mil pedazos,
para llegar al fondo de su esencia,
para dormir en él profundamente,
sin miradas,
sin palabras,
sin abrazos,
sin palmadas en la espalda,
sin aplausos,
ajeno así, a la vida y a las gentes,
en un sueño profundo e inacabable.
¡Vivir, morir!...
La eterna paradoja de la vida.
"Si morir es vivir,
quisiera ya morir para vivir eternamente"...
Hermosa frase y pensamiento
nacida en esa infancia,
cuando las preguntas tenían
mil respuestas,
cuando el corazón temblaba,
y no de frío,
cuando la sangre circulaba acelerada
haciendo que brotaran
los suspiros en el pecho.
Hermoso corazón,
entonces tú soñabas con amores
de novela,
amabas sin razón,
con tu razón y con tus sueños.
Amabas simplemente a la vida
y a las gentes.
¿Qué sucedió para que ahora
ya no vivas,
para que ahora sólo quieras
ese mundo del vacío y de la nada?
¿Acaso ya no vives?
¿acaso ya no amas?...
...Silencio corazón,
es la razón que ha muerto
y se desangra.
Recogerán las aves la semilla,
en las gotas de esa sangre
que se escapa,
y llevarán las mismas a los campos
para sembrar las tierras
y las almas.
Rafael Sánchez Ortega ©
18/05/10
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