Sabía que tú sabías
pero cerrabas los ojos,
tuviste el sol en tus manos
como un pequeño tesoro.
¡Ay, luna, lunita luna!,
la luna de tanto loco,
la luz que brilla en el cielo,
el faro que buscan todos.
Una noche tu me hablabas
y susurrabas un poco,
me hacías tus confidencias,
contabas risas y lloros.
Contabas que te contaron
una noche junto al pozo,
un secreto dos amantes,
un suceso doloroso.
Tenían cuanto querían,
pero faltaba ese poso,
ese néctar tan divino
ese vino fino y rojo.
Pero la sed de sus almas
se convirtió en alboroto,
las pasiones afloraron
y llegaron los antojos.
Los amantes le contaban,
con sus ojos temblorosos,
a la luna sus secretos,
sus pasiones y sus gozos.
Más la luna ya sabía,
sonreía de reojo,
y miraba y escuchaba
entre llantos y sollozos.
¡Cuánta pena destilada!
¡cuánto amor y cuánto enojo!,
entre rosas con espinas
que engañaron a los corzos.
Tú sabías luna blanca,
tú sabías todo, todo...
Los suspiros emitidos,
y aquel vuelo de los globos.
Los latidos de los pechos
y los besos en el coro,
dos amantes te contaron
sus pesares en agosto.
Rafael Sánchez Ortega ©
24/05/10
pero cerrabas los ojos,
tuviste el sol en tus manos
como un pequeño tesoro.
¡Ay, luna, lunita luna!,
la luna de tanto loco,
la luz que brilla en el cielo,
el faro que buscan todos.
Una noche tu me hablabas
y susurrabas un poco,
me hacías tus confidencias,
contabas risas y lloros.
Contabas que te contaron
una noche junto al pozo,
un secreto dos amantes,
un suceso doloroso.
Tenían cuanto querían,
pero faltaba ese poso,
ese néctar tan divino
ese vino fino y rojo.
Pero la sed de sus almas
se convirtió en alboroto,
las pasiones afloraron
y llegaron los antojos.
Los amantes le contaban,
con sus ojos temblorosos,
a la luna sus secretos,
sus pasiones y sus gozos.
Más la luna ya sabía,
sonreía de reojo,
y miraba y escuchaba
entre llantos y sollozos.
¡Cuánta pena destilada!
¡cuánto amor y cuánto enojo!,
entre rosas con espinas
que engañaron a los corzos.
Tú sabías luna blanca,
tú sabías todo, todo...
Los suspiros emitidos,
y aquel vuelo de los globos.
Los latidos de los pechos
y los besos en el coro,
dos amantes te contaron
sus pesares en agosto.
Rafael Sánchez Ortega ©
24/05/10
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