Cárcel de sueños
que embriagas a la vida
y los sentidos.
Soy prisionero
y quiero adormecerme
entre tus brazos.
No quiero nubes
que formen fantasías.
Te quiero a ti.
Cárcel dorada
que guardas corazones
estropeados.
El mío es tuyo
y lleva mucho tiempo
con avería.
No sé las causas,
tampoco los motivos,
pero estoy triste.
Cárcel sin rejas,
refugio del sediento,
nubla mi sed.
Pido tu sombra,
la calma de esa estancia
y de su paz.
Dame, si puedes,
un beso mientras duermo
¡seré feliz!
Rafael Sánchez Ortega ©
19/11/21
Esa cárcel no es real, afortunadamente.
ResponderEliminarUn abrazo
Cierto Maripau.
EliminarUn abrazo.