Larga odisea
cruzando las montañas
con tanta nieve.
Las altas cumbres
se alzaban, vigilantes,
sobre las sendas.
Largos caminos
cubiertos con un manto
tan peculiar.
Y como hormigas,
silentes, avanzaban,
las caravanas.
Seres curtidos
buscando las migajas
de la aventura.
La nueva tierra
plagada de esperanzas
y fantasías.
Y allí, los dos,
mirábamos la escena
de la película.
Yo te abrazaba
luchando con la nieve
y el temporal.
Tú sonreías,
sentada en la butaca
del viejo cine.
Rafael Sánchez Ortega ©
13/12/21
Me has hecho recordar a lo cines de verano cuando se veían desde las sillas que uno mismo se llevaba jaja. Un abrazo.
ResponderEliminarEs cierto, por aquí también pudimos gozar, algunos veranos de esos cines.
EliminarUn abrazo y gracias Campirela.
Uy que romántico poema. Me hiciste suspirar.Te mando un beso Enamorada de las letras
ResponderEliminarGracias por tu visita y comentario Enamorada de las letras.
EliminarUn saludo.
Un bello recuerdo, convertido en poesía.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias María Rosa.
EliminarUn abrazo y feliz viernes.
Cuando una película te absorbe en buena compañía :)
ResponderEliminarAbrazo, Rafael.
...Siempre se recuerda aquel momento Verónica,
EliminarAbrazo.