Lluvia del cielo,
que riegas los caminos,
en este otoño.
Calma la sed
del campo y las ciudades
y luego escampa.
Que no te ahoguen
los ojos infantiles
que piden lluvia.
Reparte un poco
y deja lo más fuerte
para el invierno.
Si acaso absorbe
la lluvia en las pupilas
del inocente.
En tantos niños
no arranques la alegría,
dei su inocencia.
Que vean lluvia,
el agua de los ángeles
y hasta sus rezos.
Luego, si acaso,
remójales el pelo
con tus caricias.
Lluvia de otoño
que vienes en noviembre
¡danos tus sueños!
Rafael Sánchez Ortega ©
22/11/21
Que la lluvia limpie todo aquello que no sea necesario y con su agua reconforte los campos de viandas para todo el año
ResponderEliminarY por supuesto que nos de sus sueños con cada gota de agua.
Un abrazo, feliz noche.
Gracias Campirela, que sea como dices.
EliminarUn abrazo y feliz noche.
La lluvia sana, limpia relaja, hermoso haikus amigo en este nuevo año 2022 se cumplan todos tus deseos un fuerte abrazo desde mi brillo del mar
ResponderEliminarGracias Bea y que también los tuyos se hagan realidad.
EliminarUn abrazo.
La lluvia es vida, poema y sentimiento.
ResponderEliminarComo dice el último verso, que nos de sueños por los que vibrar.
Abrazo, Rafael.
La lluvia redentora, suave, nutriente, qué buena tarde nos deja siempre ¿verdad?
ResponderEliminarUn abrazo
Sí, es como dices, Maripau.
EliminarUn abrazo.