La marejada
aumenta los rumores
de las resacas.
Olas gigantes
que llegan enlazadas
y encadenadas.
Han escapado
del corazón, enorme,
de algún océano.
Vienen con ellas
los sueños y los cuentos
de tantos hombres.
Que fueron niños,
un día, no hace tanto
y que recuerdan.
Hoy, con las olas,
regresa la nostalgia
de tantos días.
Pero las manos
curtidas de los hombres
ya no vacilan.
Antes temblaban,
quizás porque buscaban
vivir su infancia.
Hoy, otras manos,
sostienen a las suyas,
mirando al mar.
Rafael Sánchez Ortega ©
16/12/21
Aunque es a modo de estrofas sueltas, me gusta que entre cada una hay relación además de continuación.
ResponderEliminarUn abrazo y buen fin de semana, Rafael
Gracias Fina.
EliminarUn abrazo y feliz finde.
Esas manos que tiemblan o escriben, que laten o agarran, esas manos que agarran fuerte.
ResponderEliminarFeliz sábado.
Un abrazo.
Gracias por tus palabras, María.
EliminarUn abrazo y feliz sábado.
La imagen impresiona y más a los que no estamos nada acostumbrados a ver esas olas pq residimos en el centro y llano paisaje, pero las letras y sus metáforas podemos interpretarlas de tantas maneras como olas y resacas hay en la manos de aquel niño que jugaba con las ellas...
ResponderEliminarBueno me liado pero yo me entiendo ajjaja
Un besote y feliz noche.
Sed entiende perfectamente, Campirela, y es como dices.
EliminarUn abrazo en la noche.