De nuevo el sol
recobra su sonrisa
y nos la deja.
Luces doradas,
colores otoñales,
llenos de paz.
Y con su abrazo
nos manda la ternura
que precisamos.
Por la ventana
se cuela en la mañana
y nos despierta.
Roza los ojos,
despeja las legañas
con su caricia.
Y unos suspiros
se escapan de los labios
a ese contacto.
En las aceras
ya cantan los gorriones
y los jilgueros.
También el sol,
entrando en la alameda,
aporta vida.
Y es que las almas
del sol, quieren sus besos,
y su candor.
Rafael Sánchez Ortega ©
02/12/21
Se siente ese agradable calor de vida en cada uno de tus versos, Rafael.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias Rafael
EliminarUn abrazo.
Que será que un día iluminado hace las delicias de todo el personal, él nos da esa vida que con el gris de las nubes se nos llena de melancolía. Un abrazote.
ResponderEliminarGracias Campirela
EliminarUn abrazo en la noche.
Si sentimos el sol, hay esperanza.
ResponderEliminarAbrazo, Rafael.
Gracias Verónica.
EliminarAbrazo.